Eclesiastés: nada es suficiente para el deseo del hombre.
Las palabras amargas y en el mismo tiempo grandes de un sabio que vive en la prosperidad y no puede dejar de ver que todo es un soplo, que no es suficiente para el corazón humano. Sólo Dios puede responder, pero todavía Dios es Misterio inalcanzable… Certeza en la bondad de la vida y nostalgia de un bien desconocido. Ya se perfila la grande novedad: Cristo
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