La vibración inefable y total delante del ser
En la lección de Julián Carrón “Vivir siempre intensamente lo real” se habla del asombro que hace vibrar la persona delante del ser de las cosas, hasta de las mínimas, que establece el alcance de la estatura humana de cada uno. El primer movimiento del hombre delante de la vida, de lo real, no es algo que hacer, sino reconocer, acoger a lo real como don. Me ha venido a la mente un texto de Cesare Pavese que expresa esta vibración de asombro, con una profundidad dramática extraordinaria. Dice Esiodo: “difícil no es entender estas cosas, sino tocarlas”. Es lo que ha sucedido con Cristo: se ha hecho posible “tocar” la verdad, vive al altura del deseo infinito del hombre.
Propongo una parte de lo dicho por Carrón y el texto de Pavese.
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